martes, 12 de junio de 2012

Los botines

Los botines

Te dejaron los botines
en la mesita de luz,
los cordones eran blancos,
y la puntera era azul.


Al despertarte los viste
con una alegría sin fin,
la tarjeta te deseaba
un cumpleaños feliz.

Ese sábado a la tarde
con las velas sin soplar,
te fuiste para el potrero
para poderlos mostrar.

De marca eran Sacachispas
y toda una novedad,
tu abuelo hizo un esfuerzo
para lograrlos comprar.

Te los calzaste despacio
sujetándote el afán,
las ganas se te salían
por quererlos estrenar.

Los chicos te los miraban,
vos presumías con el par,
te sentiste de primera
en ídolo popular.

Los pies te quedaban firmes
corrías con otra andar,
tenías otra potencia
imposible de explicar.

No te dolían los dedos
al pegarle de puntín,
parecía que volabas
con alas en el botín.

Pisabas cada pelota
con total seguridad,
a los centros los tirabas
con certera calidad.

Al terminar el partido
se te acercó un chiquilín,
que lindos son tus botines
es algo que nunca vi.

El niño estaba descalzo
muriéndose por jugar,
jugaba en otro partido
que estaba por comenzar.

Vos tenías los botines
para jugar y soñar,
que aquel chiquillo descalzo
jamás podría comprar.

En un gesto de renuncia
de total sinceridad,
le distes tus Sacachispas
que acababas de estrenar.

Toma chiquillo son tuyos
ponételos sin dudar,
anda y jugá con firmeza
derrocha tu habilidad.

Se miraron como hermanos
no había nada que agregar,
ese gesto fue un golazo
tan difícil de olvidar.

Regalaste los botines
que acababas de estrenar,
en el pecho te latía
una gran felicidad.


José Cantero Verni es poeta y escritor argentino que tiene trece títulos de cuentos de fútbol en poesía narrativa junto con un proyecto de lectura para desarrollarlos en las aulas. 

¡GOOOL!

    ¡GOOOOL!
La emoción de anotar un gol es algo inigualable.
Se compara con la sensación de darle un beso a la chica de tus aprecios.
Anotar un gol es más que eso, si en el camino hiciste un par de gambetas para quitarte del frente a unos cuantos defensas.
Anotar un gol es gritarlo a los cuatro vientos y que todos sepan que te sientes contento.
Anotar un gol es una gran alegría.

                        Anotar un golazo es más que alegría es saber que sos una maravilla.
                                   Anotar un gol también puede ser tu peor pesadía si te equivocas de portería.
                          Anotar un gol puede ser tu mejor día si lo anotas con gran maestría.
                                 El gol es lo mejor de este deporte que Dios nos creó.
                              Cualquiera puede anotar un gol pero de todos el tuyo es el mejor.
                  No importa si es Messi, Ronaldhino, Kaka, o quizás Robhino todos buscamos lo mismo, gritarle al mundo: ¡esto es lo que mejor hago: JUGAR AL FUTBOL!
                                              Por: William Ramíre
                

Coplas a la muerte don jorge manrique

Recuerde el alma dormida, avive el seso y despierte, contemplando cómo se passa la vida, cómo se viene la muerte tan callando; cuán presto se va el plazer, cómo después, de acordado, da dolor; cómo, a nuestro parescer, cualquiera tiempo passado fue mejor. Y pues vemos lo presente cómo en un punto s'es ido y acabado, si juzgamos sabiamente, daremos lo no venido por passado. No se engañe nadie, no, pensando que ha de durar lo que espera, más que duró lo que vio, porque todo ha de passar por tal manera. Nuestras vidas son los ríos que van a dar en la mar que es el morir; allí van los señoríos derechos a se acabar y consumir; allí los ríos caudales, allí los otros, medianos y más chicos, allegados son iguales los que viven por sus manos y los ricos. Dexo las invocaciones de los famosos poetas y oradores; no curo de sus ficciones, que traen yerbas secretas sus sabores. A Aquél solo me encomiendo, Aquél solo invoco yo, de verdad, que en este mundo viviendo el mundo no conosció su deidad. Este mundo es el camino para el otro, que es morada sin pesar; mas cumple tener buen tino para andar esta jornada sin errar. Partimos cuando nascemos, andamos mientra vivimos, y llegamos al tiempo que fenescemos; assí que, cuando morimos, descansamos. Este mundo bueno fue si bien usáremos dél como debemos, porque, según nuestra fe, es para ganar aquél que atendemos. Y aun el hijo de Dios, para sobirnos al cielo, descendió a nascer acá entre nos y vivir en este suelo do murió. Ved de cuán poco valor son las cosas tras que andamos y corremos, que, en este mundo traidor, aun primero que muramos, las perdemos: dellas deshaze la edad, dellas casos desastrados que acaescen, dellas, por su calidad, en los más altos estados desfallescen. Dezidme, la hermosura, la gentil frescura y tez de la cara, la color y la blancura cuando viene la vejez, ¿cuál se para? Las mañas y ligereza y la fuerça corporal de juventud, todo se torna graveza cuando llega al arrabal de senectud. Pues la sangre de los godos, el linaje y la nobleza tan crescida, ¡por cuántas vías y modos se sume su gran alteza en esta vida!: Unos, por poco valer, por cuan baxos y abatidos que los tienen; otros que, por no tener, con oficios no debidos se mantienen. Los estados y riqueza que nos dexan a deshora ¿quién lo duda? No les pidamos firmeza, pues que son de una señora que se muda; que bienes son de Fortuna que revuelve con su rueda presurosa, la cual no puede ser una, ni estar estable ni queda en una cosa. Pero digo que acompañen y lleguen hasta la huesa con su dueño: por esso no nos engañen, pues se va la vida apriessa como sueño. Y los deleites de acá son, en que nos deleitamos, temporales, y los tormentos de allá, que por ellos esperamos, eternales. Los plazeres y dulçores desta vida trabajada que tenemos, ¿qué son sino corredores y la muerte, la celada en que caemos? No mirando a nuestro daño, corremos a rienda suelta sin parar; desque vemos el engaño y queremos dar la vuelta, no hay lugar. Si fuesse en nuestro poder tornar la cara fermosa corporal, como podemos hazer el ánima gloriosa angelical, ¡qué diligencia tan viva toviéramos toda hora, y tan presta, en componer la cativa, dexándonos la señora descompuesta! Essos reyes poderosos que vemos por escrituras ya passadas, con casos tristes, llorosos, fueron sus buenas venturas trastornadas. Assí que no hay cosa fuerte, que a papas y emperadores y perlados, assí los trata la muerte como a los pobres pastores de ganados. Dexemos a los troyanos, que sus males no los vimos ni sus glorias; dexemos a los romanos, aunque oímos y leimos sus historias. No curemos de saber lo de aquel siglo passado qué fue d'ello; vengamos a lo de ayer, que también es olvidado como aquello. ¿Qué se hizo el rey don Juan? ¿Los Infantes de Aragón, qué se hizieron? ¿Qué fue de tanto galán? ¿Qué fue de tanta invención como truxieron? Las justas y los torneos, paramentos, bordaduras y cimeras, ¿fueron sino devaneos?, ¿que fueron sino verduras de las eras? ¿Qué se hizieron las damas, sus tocados, sus vestidos, sus olores? ¿Qué se hizieron las llamas de los fuegos encendidos de amadores? ¿Qué se hizo aquel trovar, las músicas acordadas que tañían? ¿Qué se hizo aquel dançar, aquellas ropas chapadas que traían? Pues el otro, su heredero, don Enrique, !qué poderes alcançaba!, ¡cuán blando, cuán halaguero el mundo con sus plazeres se le daba! Mas veréis, ¡cuán enemigo, cuán contrario, cuán cruel se le mostró!; habiéndole sido amigo, ¡cuán poco duró con él lo que le dio! Las dádivas desmedidas, los edificios reales llenos de oro, las vaxillas tan febridas, los enriques y reales del tesoro, los jaezes y caballos de su gente, y atavíos tan sobrados, ¿dónde iremos a buscallos?; ¿qué fueron, sino rocíos de los prados? Pues su hermano, el inocente que, en su vida, sucessor se llamó, ¡qué corte tan excelente tuvo y cuánto gran señor que le siguió! Mas, como fuesse mortal, metióle la muerte luego en su fragua. ¡Oh, juïzio divinal!, cuando más ardía el fuego echaste agua. Pues aquel gran Condestable, maestre que conoscimos tan privado, no cumple que dél se hable, sino solo que lo vimos degollado. Sus infinitos tesoros, sus villas y sus lugares, su mandar, ¿qué le fueron sino lloros?, ¿fuéronle sino pesares al dexar? Pues los otros dos hermanos, maestres tan prosperados como reyes, que a los grandes y medianos truxeron tan sojuzgados a sus leyes; aquella prosperidad que tan alto fue subida y ensalzada, ¿qué fue sino claridad que, estando más encendida, fue amatada? Tantos duques excelentes, tantos marqueses y condes, y barones como vimos tan potentes, di, Muerte, ¿dó los escondes y traspones? Y las sus claras hazañas que hizieron en las guerras y en las pazes, cuando tú, cruda, te ensañas, con tu fuerça las atierras y deshazes. Las huestes innumerables, los pendones y estandartes y banderas, los castillos impugnables, los muros y baluartes y barreras, la cava honda, chapada, o cualquier otro reparo ¿qué aprovecha? Que si tú vienes airada, todo lo passas de claro con tu flecha. Aquel, de buenos abrigo, amado por virtuoso de la gente, el maestre don Rodrigo Manrique, tan famoso y tan valiente; sus grandes hechos y claros no cumple que los alabe, pues los vieron, ni los quiero hazer caros, pues el mundo todo sabe cuales fueron. ¡Qué amigo de sus amigos! ¡Qué señor para criados y parientes! ¡Qué enemigo de enemigos! ¡Qué maestro de esforçados y valientes! ¡Qué seso para discretos! ¡Qué gracia para donosos! ¡Qué razón! ¡Qué benigno a los sujetos, y a los bravos y dañosos, un león! En ventura, Octavïano; Julio César, en vencer y batallar; en la virtud, Africano; Aníbal, en el saber y trabajar; en la bondad, un Trajano; Tito, en liberalidad con alegría; en su braço, Aurelïano; Marco Atilio, en la verdad que prometía. Antonio Pío, en clemencia; Marco Aurelio, en igualdad del semblante; Adrïano, en elocuencia; Teodosio, en humanidad y buen talante; Aurelio Alexandre fue en disciplina y rigor de la guerra; un Costantino, en la fe; Camilo, en el gran amor de su tierra. No dexó grandes tesoros, ni alcançó grandes riquezas ni vaxillas, mas hizo guerra a los moros ganando sus fortalezas y sus villas. Y en las lides que venció, muchos moros y caballos se perdieron, y en este oficio ganó las rentas y los vasallos que le dieron. Pues por su honra y estado, en otros tiempos passados, ¿cómo se hubo?: Quedando desamparado, con hermanos y criados se sostuvo. Después que hechos famosos hizo en esta dicha guerra que hazía, hizo tratos tan honrosos que le dieron aun más tierra que tenía. Estas sus viejas estorias que con su braço pintó en la joventud, con otras nuevas victorias agora las renovó en la senectud. Por su gran habilidad, por méritos y ancianía bien gastada, alcançó la dignidad de la gran caballería de la Espada. Y sus villas y sus tierras, ocupadas de tiranos las halló, mas por cercos y por guerras, y por fuerça de sus manos las cobró. Pues nuestro Rey natural, si de las obras que obró fue servido, dígalo el de Portugal, y en Castilla quien siguió su partido. Después de puesta la vida tantas vezes por su ley al tablero, después de tan bien servida la corona de su Rey verdadero, después de tanta hazaña a que no puede bastar cuenta cierta, en la su villa de Ocaña vino la Muerte a llamar a su puerta. Diziendo: "Buen caballero, dexad el mundo engañoso y su halago, vuestro coraçón de azero muestre su esfuerço famoso en este trago; y pues de vida y salud hezistes tan poca cuenta por la fama, esforçad vuestra virtud para sofrir esta afruenta que os llama. "No se os haga tan amarga la batalla temerosa que esperáis, pues otra vida más larga de fama tan glorïosa acá dexáis. Aunque esta vida de honor tampoco no es eternal ni verdadera, mas con todo es muy mejor que la otra temporal, perescedera. "EI vivir que es perdurable no se gana con estados mundanales, ni con vida deleitable en que moran los pecados infernales. Mas los buenos religiosos gánanlo con oraciones y con lloros; los caballeros famosos, con trabajos y aflicciones contra moros. "Y pues vos, claro varón, tanta sangre derramastes de paganos, esperad el galardón que en este mundo ganastes por las manos; y con esta confiança, y con la fe tan entera que tenéis, partid con buena esperança, que esta otra vida tercera ganaréis". Responde el Maestre "No gastemos tiempo ya en esta vida mezquina por tal modo, que mi voluntad está conforme con la divina para todo; y consiento en mi morir con voluntad plazentera, clara y pura, que querer hombre vivir, cuando Dios quiere que muera, es locura." Oración "Tu, que por nuestra maldad tomaste forma servil y baxo nombre; Tú, que a tu divinidad juntaste cosa tan vil como el hombre; Tú, que tan grandes tormentos sufriste sin resistencia en tu persona; no por mis merescimientos, mas por tu sola clemencia, me perdona." Cabo Así, con tal entender, todos sentidos humanos conservados, cercado de su mujer, y de hijos, y hermanos, y criados, dio el alma a quien gela dio, ei cual la ponga en el cielo en su gloria. Y aunque la vida murió, nos dexó harto consuelo su memoria.


Por lo general, se supone que Jorge Manrique de Lara nació en Paredes de Nava (Palencia), aunque también cabe la posibilidad de que naciese en Segura de la Sierra (Jaén), cabeza de la encomienda que administraba el maestre Rodrigo Manrique, su padre, y principal estancia de los Manrique. También se suele afirmar que nació entre la segunda mitad de 1439 y la primera de 1440, pero lo único cierto es que no nació antes de 1432, cuando quedó concertado el matrimonio de sus padres, ni después de 1444, cuando Rodrigo Manrique, muerta doña Mencía de Figueroa, madre de Jorge Manrique y natural de Beas de Segura, pidió dispensa para casarse de nuevo



miércoles, 6 de junio de 2012

Fútbol


¿Cómo vas a saber lo que es el amor?
Si nunca te hiciste hincha de un club
¿Cómo vas a saber lo que es el dolor?
Si jamás un zaguero te rompió la tibia y el peroné
y estuviste en una barrera y la pelota te pegó justo ahí…
¿Cómo vas a saber lo que es el placer?
Si nunca diste una vuelta olímpica de visitante
¿Cómo vas a saber lo que es el cariño?
Si nunca la acariciaste de chanfle
entrándole con el revés del pie
para dejarla jadeando bajo la red
¡¡Escúchame!!,
¿Cómo vas a saber lo que es la solidaridad?
Si jamás saliste a dar la cara
por un compañero golpeado desde atrás
¿Cómo vas a saber lo que es la poesía?
Si jamás tiraste una gambeta
¿Cómo vas a saber lo que es la humillación?
Si jamás te metieron un caño
¿Cómo vas a saber lo que es la amistad?
Si nunca devolviste una pared
¿Cómo vas a saber lo que es el pánico?
Si nunca te sorprendieron mal parado en un contragolpe
¿Cómo vas a saber lo que es morir un poco?
Si jamás fuiste a buscar la pelota dentro del arco
¡Decime viejo!
¿Cómo vas a saber lo que es la soledad?
Si jamás te paraste bajo los tres palos,
a doce pasos de uno que te quería fusilar
y terminar con tus esperanzas
¿Cómo vas a saber lo que es el barro?
Si nunca te tiraste a los pies de nadie
Para mandar una pelota sobre un lateral
¿Cómo vas a saber lo que es el egoísmo?
Si nunca hiciste una de más
cuando tenias que dársela,
al nueve que estaba solo
¿Cómo vas a saber lo que es el arte?
Si nunca, pero nunca inventaste una rabona
¿Cómo vas a saber lo que es la música?
Si jamás cantaste desde la popular
¿Cómo vas a saber lo que es la injusticia?
Si nunca te saco tarjeta roja, un referí localista
Decime, ¿Cómo vas a saber lo que es el insomnio?
Si jamás te fuiste al descenso
¿Cómo, cómo vas a saber lo que es el odio?
Si nunca hiciste un gol en contra
¿Cómo, pero cómo vas a saber lo que es llorar?
Si llorar, si jamás perdiste una final de un mundial
sobre la hora con un penal dudoso
¿Cómo vas a saber querido amigo?
¿Cómo vas a saber lo que es la vida?
Si nunca, jamás jugaste al fútbol.
Quique Wolff – Ex jugador de fútbol argentino




Versos Pulidos en las Playas

Yo amo tu universo
de formas y sonrisa
tu cintura en acuario
tu ecuador y tu Chile,
Mis manos y mis besos
Por tus medanos azules

Amo la esmeralda plural
por donde estalla
El refucilo fugaz de tus enojos,
Tu pelo abierto en trigos,
Y esa mirada en celo
Que me niega hasta el aire.

Yo amo tu paso joven
de joya en movimiento,
Ese allegro con brío
De sincopa y gacela
Que encabrita un enjambre
De vértigos dormidos.

Y amo la tibieza
del mármol con latido
Que estremece tu blusa.


Tu frente de palmeras
y ese cuello resuelto
Para llevar sombrero.

Yo amo tu voz que suena
a violoncello suave
y el arco de las cejas

Que enaltece tu gesto
Mientras ríe callado
Con sus frescos hoyuelos

Y amo el amor en armas,
desplegado y sincero,
con ese vuelo tuyo
de relámpago y risa,


Allí por donde el tiempo
se detiene esperando
y la altura me abraza
Con mi ilusión de fauno

Y te amo en el silencio
de los nudos abiertos
cuando llega hasta el pleno
la paz inigualable,
exactamente antes
que lleguen las fatales
-cotidianas y crueles-

Urgencias a buscarme

Julio Federick

La Arena



Una linea amarilla allá en el horizonte
Nos espera paciente cuando llega el estío
La marea la moja, el sol la acaricia,
Su cuerpo maleable abraza las pisadas

Allí está, transitada por invisibles criaturas
Que muestran al reflujo diminutas chimeneas
Mientras susurra la brisa que refresca al caminante
Dispuesta como antes a escuchar sus pensamientos.

Su atractivo es prodigioso
Convoca a multitudes, y tambien a la ausencia
Solo el eco perenne del mar su compañero
Acompaña su abrazo con el agua azulada

Alli nos veremos
El verano que viene
Cuando el sol nazca ardiente
Del horizonte eterno

Hay bajo el sol un tiempo para todo

Jorge Horacio Torres

martes, 5 de junio de 2012

Bienvenidos a este Blog sobre poemas, en el encontraran poemas conocidos y un poema hecho por cada uno de los integrantes que ayudó a hacer esto, para nosotros la poesía es un arte para demostrar emociones en palabras y así poder expresarse, a nosotros nos inspira el poder llamar su atención y el escribir algo que perdure en el tiempo como mucho más que un trabajo, nuestro Blog se trata sobre poemas contemporáneos algunos clásicos y nuestros poemas personales